En el ámbito personal y social.
La ética puede aplicarse a la vida personal de alguien, que contempla no solo sus relaciones con la familia, los amigos y la pareja, sino también su relación consigo mismo y la forma en que actúa y toma decisiones en función de sus valores morales fundamentales.
Así la ética en la vida personal está también atravesada por los sentimientos, las emociones, las sensaciones, los sueños, las ideas y las opiniones de una persona, que son, en definitiva, los que determinan su forma de ser y comportarse en la vida íntima.
La ética aplicada a la vida social en general se demuestra en valores como el respeto, la tolerancia, la honestidad, la inclusión y la igualdad. Así, la ética social aparece en todas las relaciones que mantenemos con otros por distintas razones, que pueden ser económicas, políticas, laborales, ciudadanas o, incluso circunstanciales.
Referencias
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